16 oct 2015

White God

Habiendo hecho bosta en tiempo record la sección de películas independientes de Netflix, el otro día me vi obligada a buscar alguna buena peli para bajar.

No me considero una buena crítica de cine (Uds. tampoco lo harán) sino más bien una “medio pelo”. Podría haber inventado que elijo un director, que sigo todos los festivales habidos y por haber, que he ido a cada ciclo de cine extranjero que se ha realizado y bla bla bla… pero lo cierto es que ya le he dado crédito a varios directores reconocidos y he intentado con algunos festivales y sin embargo, mi desilusión crecía a medida que también lo hacía mi deseo de ser una entendida en el tema.

Para mí las pelis se seleccionan así: 1º por la tapa y antes que esto el nombre siempre es el primer filtro, 2º si la tapa me dice “podría ser”, chequeo los actores y los directores y por último leo la sinopsis y veo el tráiler en youtube. Algo así como volver a mis raíces… al gran método video club, buscando de manera exhaustiva una tapa que te flasheara. Mientras tanto fui aprendiendo el arte de la selección de pelis sin que “nadie” influyera en mi decisión, más que el diseñador de tapas, quien -aunque uno piense que no es así-, sigue siempre un mismo patrón a raja tablas, que al menos para mí las hace fácilmente previsibles. [Próximamente prometo realizar una entrada con una tipificación de tapas, para que los más despistados no se ensarten una y otra vez con lo que no hay que ver].
Entonces, estaba revisando www.argenteam.net (recomiendo… de paso) y un título por fin me llamó la atención: “White God” 
y su tapa con unos cuantos perritos en la oscuridad de la noche.
Aunque me gustan los perros y me gustan en general los animales (no soy la única, claro está), sería mejor guardar algunos reparos (si es que es correcto llamar reparos en lugar de razonamientos medianamente coherentes que intentan ir más allá de una moda) para con esos nuevos movimientos pro animales o aquellos que bajo el mismo lema, soslayan una movida tan actual como la de no comer carne solo porque las grasas te llenan de agujeros el culo. Creo yo que no hay nada mas incoherente en esta época que aquellos que juegan a ser los héroes y embajadores del respeto por el reino animal, mientras viven una vida de hombre explotado y explotador, consumidor de todo tipo de productos que en algún momento de su producción terminarán explotando tanto a humanos como animales, una vida amando la naturaleza mientras habitan en un pequeño departamento del centro de una gran ciudad, en el cual es muy posible que jamás conozcan el nombre de su vecino, una vida... para qué seguir?.

Entonces - quisiera pasar del entonces-, White God o Fehér Isten mirá el trailer en húngaro, presenta la historia de “una nueva ley que da preferencia a los perros de raza e impone un impuesto considerable por las razas cruzadas, lo que provoca que las perreras se llenen rápidamente de perros abandonados que pronto serán sacrificados”.
Nuevamente una buena tapa me trae una buena película y si bien en una primera intuición, me pareció que quizás esta podría ser un golpe bajo para lograr acercarnos un poco más a los amigos veganos, finalmente terminó por reforzar mi idea sobre la imposibilidad de que aquel movimiento prospere, mientras sigamos sin mirar a nuestros vecinos siendo maltratados, a nuestros compañeros siendo maltratados, a nosotros mismos siendo víctimas de maltrato por parte de otros vecinos, compañeros y nosotros mismos. Mirenlá, la recomiendo, realicen su propia aventura y luego me cuentan.

La Maga. Anticrítica de cine.

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